La flor

Hoy por primera vez en mi vida tengo prisa. Ya ha salido el sol y corro como alma perdida por las calles, en busca de algo y aún no se el que. Me paro y lo veo, mis ojos se iluminan, roja como la belleza misma. Entro y pido precio pero mi en mi bolsillo solo llega para un bonito clavel, pero el último de la mañana o el último que de en mi vida. Saboreo su aroma y me lleva a sitios recondidos a lugares que mi imaginación no puede saborear, lo miro y sonrio, es perfecto y especial.
Corro por las calles, la gente se apartar y mira con miedo pero al verme sonrien envidiosos de mi flor. La flor y yo, amornia y perfección, seriamos perfectos el uno con el otro pero hoy tu trabajo es otro. Llego a mi destino, Callao, y regreso  a mi lugar de cada día. Espero... y espero, horas y... horas, busco sonrisas y encuentro llantos, penas y tristezas. Hoy mi vida a cambiado pero creo que no llega a ningún puerto. Desespero entre la felicidad de la primavera, caigo al suelo con lágrimas pesadas que queman mi cara.
Lentamente la luna se asoma con una sonrisa, pero maldita no te rias y me humilles en mi desgracia, porque cambio mi vida solo por una sonrisa, una y unica sonrisa, maldita de mi locura.
Me levanto pesadamente y camino renqueante, respiro y mi cuerpo se funde con el aire. Encuentro ese aroma que despierta mi ser, lo busco con miedo a perderlo, corro y lo encuentro ante mi. Me mira con cara de mierdo ,creo pero no es miedo sino una sonrisa que nace de sus labios, me dice que hoy no tiene nada e intenta irse. Intento decir algo, mi boca esta sellada, ni una palabra ni un verso solo un gesto, levanto mi mano y le doy mi flor. La coge temerosa  y de mi boca brotan las palabras más armoniosas, gracias por sonreir.
Corro y corro, como cada día pero hoy sin sentido y sin horizonte, sin esperar una respuesta, sin mirar atrás, no hace falta que me diga nada yo ya soy feliz.
Mis cartones no estan, pero hoy da igual. La luna sigue sonriendo, y la pido perdón, sonrie y sigue sonriendo porque hoy la he visto, Gracias luna mia.
Llego a una iglesia en Arenal y salto como un pequeño en busca de su infancia, reposo mi cuerpo en la fría piedra y me quedo dormido...