lunes, 9 de mayo de 2011

Le miro, le saco la lengua, pego un salto y me voy a la puerta


Llevo dos días vagando entre las paredes de mi despacho. Trabajando por la inercia de mi cuerpo, horas y horas sin levantarme de la mesa; como si el peso del mundo me obligase a quedarme en este asiento. Como porque la comida viene, duermo entre sudores y sonidos nocturnos que aterran mi alma.
Busco explicación a ese beso y solo veo una solución, dura pero que hace que vuelva a la realidad, simplemente era un juego divertido y novedoso, pero con historia corta.
Sigo en mi despacho con Miradas encima del teclado impidiendo que siga en la vigilia de los números.
Me levanto y me dirijo al confesionario. Camino por la iglesia, no se si estoy loco pero veo creo que he visto a Helena en la puerta y me ha sonreido, mejor que ni lo piense o me volveré loco, tengo que poner al día unas cuentas; asique tengo que hablar con mi confesor.

-Padre, tengo unos números que no cuadran-corta la conversación con un movimiento de mano, quedo en silencio esperando sus palabras.
-Hay cosas más importantes en esta vida, esto es para ti, creo que deberías leerlo ahora mismo-
Cojo un sobre que desprende un olor especial, un olor que lleva a mi mente a recuerdos sellados por el corazón.
-¿Entonces ha estado aquí?-
-Si, pero me ha dicho que prefería...- corto sus palabras con un solo gesto y le replico.
-No hace falta que añada más, el mundo gira y yo sigo viviendo-
Empiezo a leer, con miedo de volver a sufrir.
''No se como comenzar ni como explicarlo todo, se que me odiaras...''
Como te voy a odiar, es imposible, sigo leyendo.
''... pero lo siento mucho y de verdad. Hay una cosa que no creo que sepas, te quiero. Pero, siempre hay un pero, tengo otra vida, una pareja, una felicidad que tengo miedo a dejarla por ti. Tu vida me da miedo, me encantas, eres un nuevo mundo, pero me da miedo lanzarme a él. Lo siento pero soy alguien normal que quiere cosas normales, espero no equivocarme pero no olvides que recordaré cada segundo a tu lado, pero entiendeme...
P.D: gracias por el último tributo me ecantó, eres un cielo...''

Termino de leer con un sabor amargo en la boca, solo peros y mas peros.
-¿estás bien ,hijo?-
-Si padre, como le he dicho antes sigo vivo y aún sigo sonriendo, asique a seguir hacia delante-
-No intentes engañarte con tus palabras. Es de hombres llorar y expresar los miedos se su corazón-
Como un manantial de agua mi corazón se abre, caigo al suelo y las lágrimas no aguantan más, llaman a la puerta y empiezo a llorar, como un niño que busca el consuelo de los brazos de su madre.
-No se que decirte hijo, nunca me adoctrinaron en los senderos del amor-
Me seco las lágrimas, busco entre el orgullo de mendigo que hacía levantarme cada mañana levantarme del suelo. Me levanto le miro a la cara
-Sabes padre, aún estoy en su corazón, y hasta que su sonrisa no me mate tendré un suspiero que dar-
-Ten cuidado, el amor es la mayor de la locura del hombre-
Le miro, le saco la lengua, pego un salto y me voy a la puerta, le miro y le digo
-Yo ya estoy loco-

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